Después de un enero interminable ha llegado un febrero casi primaveral y los balas perdidas…
Los que somos
Hace ya casi dos años, cuando decidí embarcarme en esta aventura editorial, reflexioné mucho acerca de qué catálogo construir, de qué tipo de libros formarían parte de la editorial y qué autores representarían los valores y la misión de esta casa.
El nombre de Bala Perdida es toda una declaración de intenciones, pues para mí era necesario dar voz a autores auténticos, valientes e íntegros, que vieran la luz obras que en otras editoriales fueran rechazadas por atrevidas, desafiantes, diferentes…, que no cumplieran con el establishment establecido por el sector. Los balas perdidas no seguimos modas, creamos tendencias; somos románticos empedernidos, conscientes de nuestra profundidad, vivimos por lo que creemos y creemos en lo que vivimos. Y buscamos cómplices que nos entiendan, con los que crear sinergias y establecer relaciones humanas, bonitas, leales y así poder afianzar esos vínculos con los que son también románticos, no solo en el sector del libro, también más allá; porque la literatura está en todas partes, solo hay que saber buscarla.
Ahora que acaba este año 2019 y después de 14 títulos firmados por 15 balas perdidas me siento orgullosa de haber conformado este catálogo con esta “familia” de románticos, a todos ellos quiero agradecerles su confianza y dedicación, y dar la bienvenida a las balas que vendrán en el próximo 2020.