Después de un enero interminable ha llegado un febrero casi primaveral y los balas perdidas…
La revolución de los pequeños
2020 es un número mágico, un eco de posibilidades que nos alienta para comenzar una nueva etapa con pasión y entusiasmo por cada libro que publicamos.
Estamos muy orgullosos de nuestras balas perdidas y de todas las novedades que vendrán a lo largo de este año mágico. Queremos comenzarlo poniendo en valor la labor de todos aquellos que colaboran en la producción y edición de un libro, y a los que muchas veces no se les da el reconocimiento que merecen: lectores profesionales, traductores, maquetadores, documentalistas, correctores, diseñadores gráficos, impresores, somos muchos los que nos dedicamos a este precioso trabajo que parte de una serie de procesos en la que cada función es importante, desde la valoración de los manuscritos, pasando por la traducción, la búsqueda de información e imágenes, la maquetación, la corrección, la creación de la cubierta hasta llegar a la impresión y la encuadernación.
Desde aquí quiero agradecer a todos estos profesionales su saber hacer, su empeño, su dedicación y su mimo en un trabajo que no siempre está bien remunerado en un sector que, como muchos, está en constante transformación. Muchos de ellos son autónomos con unas condiciones durísimas y una constante incertidumbre.
Os animo a seguir comprando libros para que los que nos dedicamos a ello podamos seguir sobreviviendo en este sector, a veces tan complejo. Y os propongo encontrarlos en pequeñas librerías que están luchando contra muchos titanes para poder salir adelante con sus proyectos vitales.