La profesora y escritora presenta su nuevo libro en Tanco Regresa a la ciudad en…
Entrevista a José Ángel Mañas en Somos Malasaña
Estupenda entrevista de Antonio Pérez, de Somos Malasaña, a José Ángel Mañas
Me jode ir al Kronen los sábados por la tarde porque está siempre hasta el culo de gente. No hay ni una puta mesa libre y hace un calor insoportable”. Hay inicios de novelas que se quedan grabados en la memoria de los lectores y éste, de Historias del Kronen, es uno de ellos. Con la totalidad del libro pasa algo aún más extraño y es que, tal y como ocurre cuando suceden acontecimientos importantes o destacados, cientos y cientos de personas recuerdan dónde y cuándo estaban la primera vez que lo leyeron, qué es lo que hacían, adónde iban y con quién. Han pasado 25 años desde su publicación e Historias del Kronen sigue ahí; ahí en las cabezas de quienes se zambulleron en él sin saber que quedarían atrapados para siempre en el universo Kronen, ahí en el haber de la cultura española y ahí, por los siglos de los siglos, en la vida de José Ángel Mañas, su autor, con quien hemos hablado con motivo de este cuarto de siglo de la ópera prima que lo lanzó de golpe al estrellato.Encontramos a Mañas en la sede de la malasañera editorial Bala Perdidarecién llegado de Suiza, donde acaba de impartir un seminario sobre Madrid. A lo largo de toda la semana que viene se celebran los cinco lustros de su hijo más conocido con una interesante serie de actividades culturales en distintos lugares de Malasaña y él va a participar en casi todas las propuestas, así que le toca mirar de nuevo, cara a cara, a la criatura que lo persigue desde que tenía 23 años y revisitar la época en la que se desarrolla su trama, los 90.
“Con Historias del Kronen no me llevo mal. Soy consciente de todo lo que le debo. Me dio mucho dinero en su momento y me permitió dedicarme a escribir, lo cual es un privilegio. No sé lo que habría pasado conmigo sin la aparición de este libro al que le tocó la lotería y que aún sigue vivo, porque ha envejecido bien”, cuenta un José Ángel Mañas que, sin embargo, asegura no llevarse tan bien con Carlos, el “negativo” protagonista de la novela, harto de tener que haber dicho una y mil veces que poco tiene que ver con él, a pesar de que para su construcción utilizara retazos de su propia vida.
“Al libro le estoy agradecido, con Carlos existe una relación de amor-odio. En cualquier caso, desde el 92, que fue cuando escribo el Kronen, he tenido un desarrollo, una trayectoria, y al final si sólo voy a ser recordado como el autor del Kronen a veces me digo que podría haberme ahorrado todo el esfuerzo posterior”, comenta irónico. “En este sentido soy como Enrique Urquijo, que arrancó su carrera musical escribiendo ‘Déjame’, una pequeña obra maestra pero sencillita y que, pese a que luego hizo otros muchos temas más elaborados y complejos, estuvo condenado a cantarlo una y otra vez y, al final, pasará a la historia de la música española como el autor de esa canción”.
Mañas trufa su conversación, de manera natural, con innumerables referencias musicales y citas de autores literarios. Tiende a la dispersión con sentido, deja entrever sus múltiples aristas, habla de sus novelas posteriores al Kronen y de las futuras y vuelve a aterrizar en la década de los 90 con contundencia: “Los 90 fueron una prolongación oscura de los 80, con un clima ácrata y más negatividad y tensión social que en años anteriores. Hay crisis y se destapan casos de corrupción. Entre 1982 y 1992 todo fue bonito, el país estaba viviendo como una luna de miel cuyas guindas fueron los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla, pero la fiesta degeneró en los 90 en todos los sentidos. En ese ambiente se desenvuelven los personajes de Historias del Kronen. Por otra parte, existe una nueva manera de vivir la noche, el protagonismo comienza a pasar de los baretos a las discotecas; el rock y la música en español se quedan desfasados, llegan los indies, irrumpe el acid house y la música electrónica. Culturalmente, es una época con gran intensidad creativa y, por supuesto, Malasaña era el barrio en el que había que estar, no como ahora, que se ha gentrificado mucho y es Lavapiés donde pasan las cosas más interesantes y es el enemigo a batir”.
El Kronen, un antes y un después
Al rememorar Historias del Kronen es obligatorio hablar de la ruptura formal que supuso con respecto a la forma de escribir de aquel entonces, las puertas que abrió a nuevos autores y el tremendo éxito que tuvo, hasta el punto de que toda una generación de jóvenes quedó identificada como ‘Generación Kronen’. Mañas a punto estuvo de ser aplastado por el éxito de su creación, que provocó reacciones opuestas de adhesión y rechazo, siempre vehementes. Gran parte de la crítica se le echó encima alegando que lo que él hacía no era literatura, que una sucesión de conversaciones no podía considerarse como tal. Obviamente, estaban equivocados. También recuerda haber recibido elogios de nombres de prestigio como Umbral, Vázquez Montalbán, Raúl del Pozo, Germán Gullón o Luis Antonio de Villena, por citar algunos.
Sobre por qué una trama tan localizada en el centro de Madrid y en un entorno tan urbano tuvo tanto éxito en cualquier lugar del país, Mañas piensa que gustan los universos con personalidad, las obras con raíces y vida que abordan temas universales. “Creando un mundo muy local, a través de unos personajes bien construidos, es como se llega a lo universal”, afirma. Al mismo tiempo, cree que los jóvenes se identificaron con el universo Kronen porque mostraba lo que para muchos era su día a día y, por supuesto, porque podían leer una historia contada con el lenguaje que ellos mismos utilizaban, “directo, básico, que entra por vena, un lenguaje punk-rock”. Al éxito de la novela, claro está, también contribuyó la película que Montxo Armendáriz realizó basándose en el libro tan sólo un año después de que éste apareciera. Hoy en día, al hablar de Historias del Kronen es imposible no pensar en el cartel promocional de la cinta -en el que aparecían unos jóvenes colgados de un puente- mientras suena en nuestras cabezas el ‘Chup Chup’ de Australian Blonde, tema destacado de su banda sonora. En cualquier caso, el fenómeno Kronen es tan difícil de descifrar que ni el mismo Mañas fue capaz de igualar su impacto con obras posteriores escritas con similar estilo.
Qué leer y a quién escuchar
Ha pasado el tiempo y, aunque Mañas ha evolucionado y cambiado de estilo como autor, sigue teniendo predilección por los mensajes directos y crudos. Sigue atento al lenguaje de la calle, interesado por la actualidad social y presto a disparar cuando se le invita a que haga un brevísimo resumen de dónde nos encontramos ahora y cuáles son los nombres de autores que le interesan y que podrían tener algo que ver con la frescura que él -y otros como él- tuvo en su día.
“Socialmente creo que nos hayamos en una etapa post Kronen, la época que existió entre 1992 y la irrupción del 15M. Desde entonces la sociedad está mucho más politizada. En este contexto, en literatura me gustan voces como la de Juarma (“Al final siempre ganan los monstruos”) o Jordi Ledesma y me sigue interesando Montero Glez. En poesía, Escandar Algeet, Diego Mattarucco y sus aliteraciones o Malena Saito me interesan, al igual que todo el fenómeno de la ‘slam poetry’ y, aunque soy consciente de que me pueden linchar al decir esto, también creo que debemos fijarnos en algo con tan mala prensa como la música trap. Si la mayoría de la sociedad habla mal de algo hay, cuanto menos, que interesarse por eso para poder descubrir a gente como Yung Beef, de quien me gusta mucho su estilo crudo, sus letras e, incluso, la especie de ‘quejío’ que encuentro en su fraseo. Es algo new punk y, definitivamente, alguien a quien seguir la pista y que tiene la cualidad de conectar con la juventud. En los 90 los ‘indies’ se pasaron de punto cultureta y la mayoría cometió el error de apostar absurdamente por el inglés en sus letras. Por eso, entre otras cosas, de aquella época la música que recuerda hoy el gran público es sólo la de Los Planetas, mientras que, por ejemplo, los grupos de La Movida siguen estando muy presentes en sus vidas. No hay que perderle nunca el pulso a la calle“.
Como hemos apuntado con anterioridad, entre el 19 y el 23 de noviembre, Malasaña volverá la vista a los 90 a lo largo de una semana de actividades culturales que celebran el 25 aniversario de la aparición de Historias del Kronen. Organizado por la editorial Bala Perdida, nos espera literatura, charlas y recitales, arte urbano, paseos culturales, música y hasta un concierto de Chimo Bayo. José Ángel Mañas estará presente en cuerpo y alma en todas y cada una de las actividades. Después, indica el novelista, que no le esperen para la celebración de ningún cumpleaños más en torno a su icónica novela.
Historias del Kronen fue la primera novela de José Ángel Mañas, escrita durante el verano en el que tenía 20 años y, finalmente publicada en 1993, después de que quedara finalista nada menos que del Premio Nadal. Cuenta el autor, entonces estudiante de Historia, que elaboró una primera versión del texto recopilando fragmentos de una especie de diario que tenía por aquel entonces y que cuando lo tuvo acabado, sin nada que perder y tras enseñar el original a un escritor del que no obtuvo buen feedback, presentó la novela al prestigioso premio con la fortuna de quedar finalista. “De la noticia me enteré a través de mi padre, que la vio directamente en el telediadio. Hasta entonces yo no había tenido ningún contacto con la prensa ni nadie me había prestado nunca atención y, de repente, me vi envuelto en una espiral mediática que fue difícil de gestionar y que me mantuvo durante mucho tiempo en un estado casi taquicárdico”. Cuenta Mañas que el título del libro surgió por pura casualidad, pero que luego tuvo que defenderlo a capa y espada ante la editorial que lo publicó -Destino- y, luego, ante Elías Querejeta, el productor de la película homónima dirigida por Montxo Armendáriz. “Estaba en un bar, alcé la mirada y, de repente, vi un cartel: ‘Kronenburg’. Enseguida lo tuve claro. Historias del Kronen me sonaba a algo como Conversación en La Catedral, título de Vargas Llosa”. El libro que a punto estuvo de no llamarse así ha acabado dando nombre a toda una generación que, de haber cedido Mañas a distintas presiones, ahora podría llamarse ‘Generación vetetúasaberqué’”