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Aguilar y Cabrerizo

Santiago Aguilar y Felipe Cabrerizo se encontraron por primera vez bajo la marquesina del Teatro La Latina. Pero en los tiempos en los que el Teatro La Latina estaba comandado por Lina Morgan. Con un arranque de este calibre, era inevitable que tarde o temprano terminaran cayendo bajo las redes de una editorial llamada Bala Perdida.

De balas perdidas ellos tenían ya por aquel entonces algo. Al menos eso les decían. Y a juzgar por lo que les siguen diciendo, la cosa no ha ido a mucho mejor. Aguilar había trabajado como documentalista en Filmoteca Española e incluso había codirigido con Luis Guridi una montaña de cortometrajes y una trilogía de películas bautizada como España por la puerta de atrás cuyo pistoletazo de salida fue Justino, un asesino de la tercera edad (1994). Cabrerizo era un jovenzuelo que se estaba iniciando por aquel entonces en la programación cinematográfica y en las difusas labores del historiador cinematográfico. Y se pusieron a escribir libros. El primero fue La Codorniz en cinta: del humorismo al cine y vuelta, que entregaron a su editora, Filmoteca Española, en 2008. Pero como la aparición del libro parecía retrasarse un poco (y parece: la fecha de su publicación se adentró hace ya años en el ámbito de la leyenda) decidieron lanzarse a escribir más cosas codornicistas: un libro sobre Un bigote para dos (2015) que vino acompañado por el bigotudo rescate de la desaparecida película de Tono y Miguel Mihura que daba nombre al volumen, otro titulado Mauricio o una víctima del vicio y otros celuloides rancios de Enrique Jardiel Poncela (2016), una monografía sobre Vittorio De Sica para la editorial Cátedra (2015), y hasta una biografía de Tono en colaboración con Gema Fernández-Hoya que está a puntito de aparecer bajo el título Perdona que no me levante pero estoy entrando en la agonía. Y luego, muchos subtitulados, traducciones, artículos y capítulos en libros compartidos que se han ido ventilando mientras tanto y que dicen no listar por no aburrir al lector.

Todo esto, en comandita. En solitario, Aguilar ha seguido escribiendo guiones y publicado Edgar Neville, tres sainetes criminales (2003), la antología de José Santugini De buen humor (2012), el estudio Rafael Azcona en el diario Pueblo (2014) y la novela El mundo es un buñuelo (2017). Cabrerizo se lanzó a por dos volúmenes sobre cine arqueológico, Tiempo de mitos: las coproducciones cinematográficas entre la España de Franco y la Italia de Mussolini (2006) y La Atenas militarizada (2007), y a dirigir Libros Psycho Beat!, una colección dedicada a la música ye-yé francesa que cuenta hasta la fecha con dos volúmenes pergeñados por él mismo, Serge Gainsbourg: elefantes rosas (2016) y Johnny Hallyday: a toda tralla (2018) e incluso un eslabón intermedio que también tradujo, las memorias de Françoise Hardy La desesperación de los simios… y otras bagatelas (2017). En los ratos que le quedan, dirige dos programas de radio dedicados al beat y el ye-yé no anglosajón, Psycho Beat! y Música para autos de choque.

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