Bala Perdida publica libros de poesía, narrativa y no ficción y apuesta por la literatura independiente, promoviendo la vocación creativa de autores hispanohablantes contemporáneos y auténticos tanto por su vida como por su obra.

Nos gustan las personas diferentes, creativas, soñadoras y genuinas.

Nuestros autores son personas con una vida con relieves, abrupta en ocasiones, pero que ha conformado una personalidad compleja por todo lo vivido. Nos gustan los matices, no solo el color de las vidas lineales.

La literatura, el cine, la música como búsqueda de emociones, reflexiones e ideas.

Los «balas perdidas» somos vivimos, sentimos, pensamos, miramos, amamos y nos apasionamos intensamente con la vida y el arte que esta nos ofrece.

Tenemos una visión romántica del mundo, nos reencontramos con los valores que nos hacen auténticos, huyendo de las modas pasajeras y buscando la atemporalidad, la esencia de lo que permanece.

Érase una vez una niña rodeada de árboles grises, campanas sórdidas y miradas inquisitivas, que hablaba con la luna cada noche buscando respuestas y haciendo preguntas ignoradas. Entre otoños y agonías, encontró su eterna compañía en los libros de Cervantes, Byron, Shelley, Rosalía, Poe, Larra, Wolf, Baudelaire, Keats, Cortázar, Felisberto, Sylvia Platt y una larga lista de mujeres y hombres que, al igual que yo, sentían de una manera diferente: la sensibilidad y el pensamiento como compañía en vidas repletas de exabruptos, de dificultades emocionales, vitales; desamados, ignorados, amados, incomprendidos y, sí, en muchas ocasiones, perdidos pero siempre ellos, fieles, íntegros, auténticos.

A través de todos estos fantasmas, miré a los ojos de los muertos, descubriendo el mundo, pensando la vida, adentrándome en la emoción, sintiendo su carne en las palabras de esos poetas malditos, siempre condenados a encontrarse. Y es así, en la búsqueda de esa comunión tan misteriosa y poderosa que es la lectura como en la otredad me encontré a mí misma.

Con el paso del tiempo, luché contra molinos y gigantes de dos cabezas, fui rechazada, incomprendida, temida, desamada, y descubrí, con una certeza casi doliente, que mi devoción, mi pasión, mi mundo, mi único y gran amor es y será la literatura. La querencia en la creencia del que se sabe perdido pero se encuentra en las palabras de los que una vez inventaron, descubrieron y desafiaron a la vida. La existencia unida a la necesidad de escudriñar el significado remoto de todo lo que se percibe a través de la creación.

Aquellos que se atreven a ser diferentes, a ser ellos mismos por encima de convencionalismos y modas; aquellos que ríen y lloran a la vez, los que sienten intensamente y no les da miedo amar, a los que se les eriza la piel con una canción, los que se miran en silencio, los que aman la libertad, los que cierran los bares, los que leen en voz alta, los que miran de frente, los que aún confían en que se puede cambiar el mundo, los balas perdidas.

Mi afán y mi destino es encontrar a estos balas perdidas, darles voz, acompañarles y mostrar su literatura a otros románticos que necesitan seguir creyendo en el valor de lo que realmente importa.

Así nace Bala Perdida, como la editorial de los románticos del siglo XXI.