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Entrevista a José Ángel Mañas en «La Opinión» de A Coruña, por Alicia Pardo
Espléndida entrevista de Alicia Pardo a José Ángel Mañas en La Opinión con motivo de la presentación en A Coruña de la reedición de Ciudad rayada.
José Ángel Mañas Escritor, presenta la reedición de su libro ‘Ciudad rayada’
«Hay novelas que he escrito para demostrar a los críticos literarios que sabía hacerlo»
«En los 90 tenías la sensación de desayunar cada día con un escándalo. Arrancó un periodo de crisis en el que aún seguimos» – «La literatura ha perdido trascendencia»
¿Cómo está viviendo este reencuentro con su Ciudad rayada ?
Es curioso, porque la escribió un chaval de 25 años y yo ahora tengo casi 50, así que siempre entras con un poco de aprensión en el texto. Pero, en este caso, la experiencia ha sido bastante gratificante. Aquel chaval no lo hacía del todo mal [se ríe].
¿Ha envejecido bien la obra?
-Sí, aguantó el paso del tiempo. Y es muy sorprendente porque son novelas muy ancladas en los 90, pero las lees y te da la sensación de que podría ser ahora mismo. Es una cosa muy peculiar, no todas las novelas pueden revivir al cabo de 20 años [se ríe].
Ciudad rayada la reedita ahora con Bala Perdida. No había nombre que le pegase más?
-[Risas] ¡Totalmente! Es una de las grandes bazas. A estos protagonistas y a estas novelas noventeras les va como un guante el concepto, y está claro que Kaiser es un bala perdida.
¿Cómo se sentía al crearlo?
-Era gracioso. Yo me suelo inspirar en alguna personalidad real, y en aquella época tenía un bar en Madrid. Había un chavalito que cada vez que entraba aquello se activaba? Y poco a poco nos dimos cuenta de que traía sustancias que no debía al bar? Llegué a conocerle, y lo que me sorprendía era que en aquel entonces yo estaba metido en cosas como Nirvana, y me parecía lo más, pero a él, que estaba en la música electrónica, le parecía absolutamente viejuno [se ríe]. Yo me sentía joven, tenía 25 años, y aquello me impactó mucho. Tenía una óptica muy fuerte de la realidad.
Los personajes marginales como Kaiser no son una novedad en su literatura, ¿por qué esa apuesta por ellos?
Siempre digo que la ficción es una mentira que uno procura hacer creer, y ayuda mucho cuando lo envuelves de un máximo de realidad. También suelo fijar un momento histórico, y eso da un tinte.
Pero al final siempre acaba volviendo a los 90.
Es que los 90 están a caballo entre dos realidades. Es la época que más me gusta. Tenías la sensación de desayunar cada día con un escándalo y había una pérdida de confianza en las instituciones. Yo creo que ese ambiente no ha cambiado. A mediados de los 90, arrancó un periodo de crisis en el que todavía seguimos. Por ejemplo, en la primera escena de Kronen están hablando del problema de las autonomías. No hemos salido de esas problemáticas.
Su descripción de esa época hizo de Ciudad rayada una novela de culto. ¿Uno sabe esa clase de cosas cuando escribe?
Yo tenía la sensación de que iba a tener trascendencia. Después del éxito de Kronen, y en el mundo editorial de entonces- que tenía más relevancia que el actual- sabía que iba a ser recibido y leído. Ahora es mucho más difícil. Tal y como está el panorama editorial, con miles y miles de títulos? Tengo la impresión de que la literatura ha perdido mucha trascendencia.
¿Tuvo la suya alguna vez menos de la que esperaba?
Sí, hay novelas con las que no estoy nada conforme. Pero cuando haces las cosas mal, no te das cuenta. Estás demasiado apegado. Y yo cuando soy bueno soy muy bueno, pero cuando soy malo soy muy malo. Aunque esto es como los deportistas. Lo importante es la mejor carrera de un atleta.
Para usted esa fue Historias del Kronen . Siempre se dice que triunfar joven es peligroso. ¿Hubo miserias en su éxito?
Es siempre muy complicado. Yo arranqué muy joven y no sabía jugar al juego. Cometes muchas torpezas. De haber arrancado 10 años después, estaría más hecho y jugaría mejor. Dentro de eso, al final te puedes quedar con lo malo o con lo bueno de la experiencia. Yo con lo que me quedo es con que me permitió dedicarme a esto desde entonces.
¿Y hoy? ¿sigue considerando su escritura tan punk como lo era en esos inicios?
Hombre, es que en esos inicios tenía mucha libertad. Pero ha habido épocas muy malas, donde he intentado escribir bien, como en Caso Karen. Está muy bien hecha, pero a mí no me gusta nada.
¿Buscaba encajar?
En las primeras no, no están escritas para los críticos literarios, pero ha habido momentos en los que he empezado a escribir libros para otra gente sin darme cuenta. Ha habido novelas que he escrito para demostrar que sabía hacerlo Trataba de escribir muy limpiamente, pero ahora he vuelto a soltarme la melena.